Entre 1939 y 1945, el pueblo de Les, en la frontera francesa del Val d’Aran, funcionó como punto de paso para más de 20.000 judíos que huían del Holocausto a través de los Pirineos. Estas rutas de la libertad combinan hoy naturaleza pirenaica y memoria histórica, lo que las convierte en uno de los destinos turísticos más singulares del Pirineo catalán.
Situado en el norte de los Pirineos catalanes, Les constituye la puerta natural al Val d’Aran desde la región francesa de Haute-Garonne y fue uno de los principales pasos de las denominadas rutas de evasión o rutas de la libertad durante la Segunda Guerra Mundial.
Se ha escrito abundantemente sobre el papel que desempeñaron los pueblos del Pirineo catalán en el salvamento de miles de aliados entre 1939 y 1945: itinerarios señalizados, cárceles convertidas en museos, monumentos conmemorativos. Sin embargo, paradójicamente, apenas se conoce el nombre de quienes convirtieron aquellos senderos en esperanza concreta para judíos y perseguidos por el nazismo.
En Les, las rutas llevan nombre y apellidos. El de Françoise Bielinski, por ejemplo: una niña judía que llegó con su familia huyendo de la Alemania nazi y a quien un guardia civil rebautizó como Paquita Bielinski mientras esperaban, durante largas horas, la autorización provisional para entrar en territorio español.
Al igual que en Sort, el procedimiento habitual era la expulsión inmediata. Así ocurrió con un grupo de niños judíos polacos que los agentes de aduanas españoles entregaron a la Gestapo en Francia y que posteriormente fueron asesinados; o la detención hasta recibir instrucciones definitivas desde Lleida.
Los refugiados se alojaban en hoteles, fondas o casas particulares hasta su traslado a la prisión de Sort o al campo de concentración de Miranda de Ebro. La espera podía prolongarse semanas o meses, especialmente en invierno, cuando las nieves aislaban completamente Les. No fue así, sin embargo, para la familia Bielinski.
Está documentado que su huida definitiva fue posible gracias a un plan organizado por varios vecinos del pueblo y un guía. Una historia silenciada durante décadas y recuperada después por historiadores, que han confirmado que, al igual que con los Bielinski, un número significativo de habitantes de Les acogió desinteresadamente a otros judíos y aliados perseguidos.
Existen testimonios de refugiados y también de quienes los protegieron. Entre estos últimos destaca el funcionario de aduanas de Les Miguel Giner, que en 1943 recibió confirmación de un colega alemán de que la SS asesinaba a los judíos devueltos por España. Giner se convirtió entonces en uno de los «ángeles de los Pirineos» y salvó cientos de vidas.
Del antiguo puesto fronterizo y de la aduana española no queda nada. En su lugar pasan hoy la autovía y el conocido hotel Juan Canejan, cuyos propietarios participaron directamente en los sucesos de 1943 y que ahora dirigen sus descendientes directos.
¿Qué es, pues, Les? Para la mayoría de visitantes, un pueblo pirenaico de postal que apenas ha cambiado con el tiempo. Para quienes han indagado algo más en su historia reciente, uno de los últimos bastiones de esperanza que quedaban en la Europa de entonces para quienes consideraban la libertad y la vida derechos irrenunciables.






