Tui se alza a orillas del río Miño con la serena elegancia de sus calles medievales y la silueta solemne de su catedral. Esta ciudad gallega, puerta entre España y Portugal, guarda un capítulo de historia que habla con voz suave pero profunda: su Judería. Hoy, como parte de la Red de Juderías de España – Caminos de Sefarad, Tui invita a los viajeros a redescubrir un legado que dio forma a su alma urbana y a su identidad cultural.
La presencia judía en Tui se remonta a la Edad Media, cuando comerciantes y artesanos se asentaron cerca de las murallas del sur. Los archivos del siglo XV mencionan familias que contribuyeron a la vida cívica y financiaron obras en la catedral, donde aún se conserva una menorá tallada en el claustro gótico. Este símbolo, discreto y elocuente, refleja siglos de convivencia y arte compartido, una historia que se entrelaza con la del Camino Portugués hacia Santiago.
La comunidad judía de Tui no fue marginal. Participó activamente en la economía local, destacando en oficios como la orfebrería y el comercio transfronterizo. Nombres como Abraan y Jaqó figuran en documentos como artesanos que elaboraban piezas litúrgicas para la propia catedral. Esta relación evidencia una integración que, aunque marcada por tensiones en épocas posteriores, dejó huellas materiales y culturales que hoy son parte del patrimonio gallego.
Recorrer el casco antiguo revela calles como Ordóñez y Porta da Pía, donde se levantaba la sinagoga y donde sobreviven referencias a la mikve en documentos históricos. Muy cerca, la Casa de Salomón evoca la arquitectura doméstica de un próspero mercader judío, con su patio y proporciones que recuerdan un mundo desaparecido. Más allá de las murallas, el Cementerio del Pinarillo conserva tumbas antropomorfas e hipogeos, testigos silenciosos de antiguos ritos funerarios que se explican en el centro interpretativo conocido como Casita Blanca.
La expulsión de 1492 y la posterior persecución inquisitorial transformaron la vida de la ciudad. El Museo Diocesano conserva sambenitos, prendas penitenciales únicas en Europa, que narran el destino de los conversos y la vigilancia que se prolongó durante siglos. Estos objetos, junto con los archivos, permiten comprender la complejidad de una época en la que la fe y la identidad se debatían entre la supervivencia y la imposición.
Una ruta por la judería
Hoy, Tui convierte la memoria en experiencia. La Ruta Judía, señalizada y enriquecida con paneles interpretativos y códigos QR, comienza en la Plaza de la Inmaculada y se adentra por callejuelas que enmarcaron la vida comunitaria.
Las visitas guiadas y los programas culturales durante el Día Europeo de la Cultura Judía dan vida a estas historias, transformando la ciudad en un aula al aire libre. Además, la rehabilitación del casco histórico entre 2005 y 2009 devolvió a la Judería su trazado original, permitiendo al viajero caminar por espacios que conservan la esencia medieval.
Una región de legado judío
Tui no es solo memoria local, es también una puerta hacia un legado compartido en toda la península ibérica. Su posición fronteriza en el Miño fue clave para la movilidad de familias sefardíes que, tras la expulsión, buscaron refugio en Portugal. Ciudades como Valença, Porto y Lisboa albergaron comunidades judías que mantuvieron vivas las tradiciones y que hoy ofrecen rutas culturales complementarias.
Para el viajero contemporáneo, esta geografía es una oportunidad única: recorrer Tui y cruzar el puente internacional para seguir descubriendo la herencia judía en el país vecino. Desde Galicia hasta el Alentejo, pasando por Castilla y Andalucía, la memoria sefardí se extiende como un hilo que une paisajes, lenguas y sabores.
Además de la ruta judía, Tui ofrece experiencias complementarias que enriquecen la visita. El conjunto catedralicio, con su claustro y museo, permite comprender la interacción entre culturas en la Edad Media. Desde el Monte Aloia, declarado Parque Natural, se obtienen vistas panorámicas que revelan la posición estratégica de la ciudad en la frontera. Y para quienes buscan sabores, la cocina local propone platos tradicionales gallegos junto a propuestas inspiradas en la memoria sefardí, que algunos restaurantes recuperan en jornadas temáticas.
Visitar Tui no es solo un recorrido entre piedra y memoria. Es una invitación a sentir el ritmo de una ciudad fronteriza que honra sus raíces sefardíes mientras abraza el presente. En cada calle, en cada símbolo tallado, el pasado habla y el viajero escucha.







