Unas vacaciones en una isla en medio del Atlántico —con su gastronomía, naturaleza y cultura— ya merecen la pena. Pero si además se puede rastrear la historia de nuestros antepasados y celebrar Shabat con la comunidad judía local, la experiencia resulta inolvidable.
El primer destino de quien llega a Gran Canaria es la capital: Las Palmas de Gran Canaria. Su casco antiguo, los barrios peatonales de Vegueta y Triana, sus museos y la presencia constante del mar convierten a la ciudad en el lugar más auténtico para conectar con la cultura canaria y con las raíces judías del archipiélago.
En pleno centro histórico, entre museos, comercios y teatros, se encuentra la sinagoga de la Comunidad Israelita de Las Palmas de Gran Canaria. Es el punto de encuentro de unas treinta familias que constituyen el núcleo judío de la isla. A pesar de su reducido tamaño, ha logrado resistir la asimilación gracias al empeño de sus miembros por mantener vivo el judaísmo en la región. La institución celebra las festividades, imparte programas educativos, culturales y sociales y facilita una vida judía plena.

La mayoría de los judíos canarios son de origen sefardí. Las primeras generaciones llegaron el siglo pasado desde ciudades del norte de África —continente próximo al archipiélago— como Tánger, Tetuán, Casablanca y Alcazarquivir, entonces bajo protectorados francés y español. Sus tradiciones sefardíes ancestrales y su arraigo a una isla que consideran hogar definen la identidad de los judíos canarios: enérgicos, alegres y hospitalarios. Por eso abren sus puertas a los viajeros que deseen conocerlos, explorar su historia y compartir un Shabat.
Los judíos de Canarias en la Edad Moderna
Recorrer la capital y visitar la sinagoga actual permite completar el itinerario en varios museos que custodian piezas clave de la historia judía insular.
Por su posición estratégica, las Canarias han sido siempre cruce de rutas, centro comercial y espacio de diversidad cultural. Desde al menos el siglo XV existe constancia de presencia judía: el archipiélago sirvió de refugio a muchos expulsos y perseguidos por la Inquisición, que lograron practicar sus costumbres en secreto con menos presión que en la Península.

Uno de los museos más relevantes es la Casa de Colón, donde pernoctó Cristóbal Colón. Allí se documenta la contribución de profesionales judíos —cartógrafos como Abraham Cresques o Martin Behaim— al viaje hacia América.
Pese a las dificultades para practicar el judaísmo, tanto entonces como ahora, la presencia judía en Gran Canaria posee una larga trayectoria poco conocida fuera de la isla. Descubrirla y vivirla en primera persona convierte cualquier viaje a esta impresionante isla española en una experiencia única.
Horario:
Lunes a sábado de 10:00 a 18:00 h.
Domingos y festivos de 10:00 a 15:00 h.
Precios:
Entrada general: 2 €
Menores de 18 años: gratis
Domingos: entrada gratuita
Teléfono: +34 928 312 373
Email: ca*******@*********ia.com
Web: casadecolon.com







