Más allá del legado judío de Girona

En Girona, en la plaza de Sant Josep, junto al casco histórico, se desarrolla la restauración. En una sala blanca e impoluta, Dolores Velasco —con bata, guantes de látex y cubrecabeza— trabaja con precisión quirúrgica.

La luz de la mañana entra por las ventanas mientras atiende a su paciente: un antiguo libro notarial. Con escalpelos, pinzas, depósitos de peróxido de hidrógeno y jeringas dispuestos en los fregaderos, Velasco separa con delicadeza la primera capa de piel de la encuadernación. Debajo, ocultos bajo suciedad y cola vieja, emergen tesoros: letras hebreas que registran detalles cotidianos —«piedras», «muro», «viguetas»—. Algunas palabras recuerdan al catalán: «guix» (yeso), «Vidal», «Vidal de Vellcaire». Se trata, probablemente, de las anotaciones de un maestro de obras sobre planos, precios de materiales y suministros urgentes. 

Lejos de textos teológicos o filosóficos, los documentos rescatados son libros de cuentas, ejercicios escolares y listas de la compra: la vida cotidiana de los judíos catalanes del siglo XIV. 

Velasco prosigue el proceso: aplica peróxido de hidrógeno, separa capas de papel con pinceles y formones, refuerza con celulosa especial y, una vez secas, las prepara para su archivo y estudio. 

Entre los hallazgos figuran inventarios de un comerciante de telas —colchones, mantas, cubrecamas— y listas de herencias con libros, perfumes, sábanas y mantas que revelan posesiones materiales y vínculos familiares.

El Archivo Histórico de Girona custodia documentos de más de quinientos años procedentes de la comunidad judía, escondidos en las tapas de libros notariales. De decenas de miles de volúmenes revisados, cerca de 2.000 han entregado más de 180 fragmentos hebreos que permiten asomarse a la existencia de los judíos españoles antes de la expulsión de 1492. 

Notas históricas
El archivo comarcal de Girona conserva numerosos fragmentos hebreos de la aljama que habitó la ciudad hasta 1492. En la Edad Media era habitual pegar escritos hebreos en las encuadernaciones para protegerlas de insectos. La expulsión condenó este patrimonio al olvido hasta que las restauraciones recientes lo han devuelto a la luz.